¡No te preocupes que saldrás de esto!

¡No te estreses!

Las burbujas estallan, la economía se tambalea, las empresas reducen su plantilla y ocurren desastres personales que pueden resultar en una reducción de sueldo. El crecimiento salarial perpetuo, o incluso su mantenimiento, simplemente no está garantizado. Sin embargo, con las herramientas y la actitud adecuadas, puedes aprovechar al máximo una reducción de sueldo y no solo sobrevivir, sino prosperar. 

Determinar si su situación es temporal o permanente

Si espera recuperar su salario completo pronto, es posible que solo tenga que adaptarse a la reducción de efectivo por un tiempo limitado. Pero antes de recurrir a sus reservas (y ahorros para la jubilación, capital de la vivienda, seguro de vida con valor en efectivo, etc.), sería prudente actuar como si la reducción salarial fuera a largo plazo. Reduzca sus gastos ahora. Asegurar sus antiguos ingresos puede llevar más tiempo del que cree. Si no espera ganar tanto dinero como antes, es posible que experimente ansiedad, lo cual es normal. También podría estar entrando en pánico por los asuntos prácticos que debe afrontar, como cómo pagará sus facturas. Adoptar un enfoque sistemático y elaborar un plan le ayudará a controlar la ansiedad. 

Reconoce que tu salario no eres tú

Esta es una afirmación engañosamente obvia. Claro que tu salario no te define. Pero la autoestima de muchas personas se relaciona directamente con su salario: cuanto mayor es el ingreso, más importantes se sienten. Si tu estado de ánimo decae cuando tus ingresos bajan, esfuérzate por disipar la idea de que la riqueza financiera equivale a valor. Ni la abundancia de dinero garantiza la felicidad. Recuerda cuando ganabas más dinero que ahora. ¿Eras realmente más feliz o simplemente podías comprar más? 

Aprovecha el día

Las dificultades pueden perfeccionar habilidades y desafiar ideas arraigadas. Quizás trabajaste en el sector de la alta tecnología porque te daban buenos ingresos, pero no es ahí donde reside tu verdadera pasión (ni siquiera tu talento). Considéralo como una oportunidad para descubrir qué es lo que realmente quieres en la vida. Después de todo, si vas a dedicar cuarenta horas o más a la semana a tu trabajo, debería ser algo que te guste. O al menos. Si actualmente estás desempleado o trabajas menos horas, aprovecha este tiempo extra con inteligencia. Tus opciones son tan variadas y abundantes como tus deseos. Considera tomar una clase, una que aumente tus posibilidades de ingresos en el futuro o por puro placer. Escribe ese libro, pinta la cocina, empieza una rutina de ejercicios. O simplemente relájate. 

Analiza tus gastos

Cuando abunda el efectivo, es fácil gastar a voluntad. Sin embargo, cuando el salario que sustentaba ese estilo de vida desaparece o se reduce drásticamente, es hora de analizar bien en qué necesita gastar su dinero, no en qué puede. Priorice sus gastos ahora e identifique qué facturas tienen prioridad. ¿Hipoteca o pago del auto? ¿Tarjetas de crédito o servicios públicos? Analice las consecuencias de no pagar cada una. Si necesita ayuda para decidir, contacte con un asesor financiero. 

Desarrollar un plan de gastos.

 Te ayudará a discernir entre los gastos sin los que puedes vivir y los que no. Si descubres que simplemente no tienes suficiente dinero para cubrir tus necesidades, y mucho menos tus deseos, al menos ahora sabes cuánto necesitarás de tu próximo trabajo. Si las cenas caras ya son cosa del pasado, disfruta de las delicias de una pizza barata o de hacer que los embutidos rindan con mucha lechuga. Disfruta y aprecia las cosas que quizás hayas empezado a dar por sentado. 

Recuerde: el crédito no es un ingreso complementario

Cuando el dinero escasea, las tarjetas de crédito pueden adquirir un atractivo inusual. Sin embargo, una línea de crédito de $40,000 no es una ventaja disfrazada, por mucho que desees que lo sea. Si usas el crédito para mantener el estilo de vida al que te has acostumbrado, no tardarás en llegar al límite. Sin ingresos que te permitan pagar el saldo completo cada mes, tendrás que pagar a plazos. Las tasas de interés de los créditos sin garantía no son baratas, y si te atrasas 60 días, es probable que se disparen. Los cargos por pagos atrasados y por sobrepasar el límite se sumarán a un saldo cada vez más abrumador. Y pronto desearás poder devolver toda la mercancía que compraste y las comidas que comiste solo para no tener que abrir otro extracto y ver esas cifras enormes y alarmantes. Las tarjetas de crédito no están diseñadas para ser cuentas de ahorro para emergencias. 

Desarrollar un plan

Para evitar la procrastinación, anota lo que quieres lograr durante este tiempo. Sé específico: incluye los nombres de las personas con las que necesitas hablar y las fechas de finalización propuestas para cada tarea. Actualízalo y consúltalo con regularidad. El enemigo de la apatía es un plan detallado y bien pensado. 

Avanzar

Busca ayuda profesional, habla con amigos y encuentra a otras personas en circunstancias similares. Es muy fácil pensar que estás solo/a en esto; el apoyo es clave. Desahógate con quienes puedan empatizar; pide ayuda a quienes puedan ayudarte. La conmoción, la vergüenza y la ira son normales, y es normal sentir estas emociones. Pero al adoptar una actitud positiva y tomar medidas pragmáticas, puedes adaptarte a unos ingresos reducidos y lograr un futuro financieramente estable.  
Crédito del blog: https://www.balancepro.org/resources/articles/how-to-make-the-most-of-a-reduced-paycheck/